Autorretrato

medium_pageturner.jpgIl y a un an, j’ai suivi un cours sur l’autoportrait en Amérique latine. Avant de débuter nos analyses, on nous a demandé de rédiger notre propre autoportrait. Il fallait être aussi créatif que possible et, malgré toutes mes premières idées, j’ai finalement jeté tous mes brouillons. Non seulement je ne les trouvais pas originaux, mais je ne me reconnaissais pas dans ces autoportraits. Puis un éclair de lucidité est arrivé à point nommé (ne jamais désespérer !) et j’ai écrit un texte qui me ressemblait. Voici le résultat !

Soy un libro, una novela de más de trescientas páginas. Cuento con centenas de párrafos y millones de letras.

Si algún día te apetece leerme, me encontrarás en un pequeño piso de la calle Fuencarral, escondida en una vieja estantería de madera de color oscuro. Cubierta de polvo, amarilleada por los rayos del sol madrileño que cada mañana me despiertan al atravesar las cortinas cerradas, me quedo tranquila, dormida con mis compañeros de papel, soñando no sólo con mis páginas ya llenas, sino con las que todavía quedan por escribir.

Soy mágica. ¡ Sí, de verdad ! No te creas que me parezco a esas novelas de encuadernación artificial y de papel helado expuestas en cincuenta ejemplares en las librerías del Corte Inglés. No, yo soy única. Que la gente me lea o no me importa muy poco. Nunca he experimentado la soledad de estas novelas perdidas en un almacén, tantas historias paralizadas que nunca cambiarán y que nadie jamás encontrará. Yo vivo con millares de historias. Lo que me hace especial, es que cada día me voy escribiendo, reinventándome a cada hora.

Soy una novela muy extraña. No tengo edad ni límites. Soy yo y soy todos. Las páginas que me componen están llenas de vidas, de lugares y de épocas. No importa que sean reales o ficticios. No importa que nadie nunca se entere, que viva sola con todas mis identidades, mis fantasmas olvidados y sus rasgos borrosos.

Entre mis líneas se encuentran seres queridos, los que veo cada día y los que se han ido a otras esferas, siempre formando parte de mis historias presentes y futuras. Entre mis párrafos se esconden lugares mágicos, paísajes encantadores, campos castellanos de color vivo, océanos de azul profundo, islas vírgenes donde llueven frutas tropicales. Los he contemplado todos millones de veces, con los ojos muy abiertos o con los párpados cerrados. Tampoco soy una novela paralizada por el tiempo. Viví en Londres en el siglo diecinueve y en Luisiana en varias épocas. Me quedé en palacios de toda clase, perseguida por fantasmas encadenados en Escocia, luchando con brujas en casas de azúcar en Alemania y buscando tesoros en viviendas oscuras y húmedas en el resto del mundo. Soy estas experiencias, estos lugares y estas personas. Juntos, son mi verdadera historia y mi propia personalidad.

En realidad, es difícil diferenciarme de los demás libros. Cuando uno me ve, nota en silencio : “este libro ha vivido”. Y con respeto – y, a veces, con cariño – me vuelve a poner con suavidad sobre mi estantería, como si mis páginas desprendieran un aura misteriosa, casi mística que le permitiera a uno ver que pertenezco a otro mundo. Sin embargo, soy un libro que se parece a los demás. Un libro de bolsillo con un dibujo a tinta china impreso en la encuadernación. Mi novela tampoco se diferencia de las demás. Mis verdaderas palabras se escriben en silencio, con tinta invisible.

Soy un libro y ya no se ve mi título. Soy una novela increíble, una mezcla de historias y de líneas que cuentan millares de vidas, incluso la mía propia. Soy compleja, por eso no se puede hablar de mí sin tomar en cuenta todos estos elementos que, no sólo no son ajenos a mí vida, sino que me componen y, una vez structurados, forman mi identidad. Describirlos es describirme. Me permite destacar mi personalidad y, al hacer el retrato más extraño, más irrealista que sea, describirme con fidelidad al subrayar lo que soy dentro, fuera de las miradas exteriores.

Nunca he tenido que describirme, hacer mi propio retrato. Sin embargo, si tuviera que hacerlo, así lo haría, porque llevo dentro de mí una inmensidad de imágenes, de caras, de palabras, de gestos y de músicas que remiten a lecturas pasadas o futuras y que, juntos, determinan lo que soy. Soy un libro.

 

Commentaires

Il va falloir que je lise cette nouvelle à tête reposée car l’espagnol et moi, nous sommes un peu fâchés… ! (En tout cas, ça a l’air original comme autoportrait.)

Écrit par : Caro[line] | 02/03/2007

Euuuhhhh….;o )

Écrit par : patch | 02/03/2007

Et le même en français? Je n’ai jamais appris l’espagnol moi!
😮

Écrit par : katell bouali | 02/03/2007

J´aime bien quand tu dis que tu es « toi et les autres » et que peu t´importe si personne ne soupçonne que tu vis seule au milieu de toutes tes personnalités ainsi que de tes fantômes aux contours flous. Se décrire serait déjà prêcher, et restreindre l´image future que nous nous ferons de toi. Mieux vaut le multiple à l´abregé.

Écrit par : swallow | 02/03/2007

Euuuuuhh comme dit Patch, là je passe, dommage ! ;-(

Écrit par : Florinette | 04/03/2007

@ Caroline, Patch, Katell et Florinette : désolée d’avoir mis ici un texte en espagnol… Je n’ai pas voulu le traduire parce que quand je l’ai écrit en espagnol, je suis parvenue à vraiment dire ce que je pensais et à l’écrire comme je le pensais. Difficile d’expliquer ça, mais j’aurais le sentiment de dire quelque chose de différent et d’un peu vain en français, alors que les mots coulaient de source en espagnol… c’est peut-être tout à fait psychologique, je vous le concède !;)

Je ne pense pas que mon autoportrait soit digne d’un intérêt national ;o), mais pour couper court au suspense, voici peut-être l’essence de ce que je dis : je me présente dans ce texte comme un livre sur une étagère, faisant allusion à la fois à plusieurs choses qui ont de l’importance pour moi. La présence des autres, le soleil, l’Espagne, mais aussi les moments de solitude que je goûte avec bonheur, en me retrouvant et me ressourçant dans l’imaginaire. Pour moi ce portrait pourtant a priori très métaphorique était très intime, notamment pour ce qu’a remarqué Swallow, lorsque je dis que je suis un livre un peu bizarre, fait d’un tas de choses insignifiantes a priori invisibles et qui peut-être n’ont de valeur que pour moi, mais qui font partie intégrante de mon petit monde et expliquent aussi pourquoi je ne me vois pas vraiment comme quelque chose d’abouti… bref, beware, ici « Lou en construction » 😉

@ Swallow : j’ai beaucoup aimé ton commentaire car cela m’intrigue de voir comment tu as perçu ce que j’ai essayé de dire… quant au multiple, aux autres, aux personnages et aux fantomes, je pense aussi que chacun a une perception propre de l’univers qui l’entoure, que certains visages marquent plus que d’autres et que lorsque nous nous construisons petit à petit, beaucoup de visages, de lieux, de personnages et d’objets prennent une importance insoupçonnée.

Écrit par : Lou | 04/03/2007

Les commentaires sont fermés.

Laisser un commentaire

Votre adresse de messagerie ne sera pas publiée. Les champs obligatoires sont indiqués avec *